miércoles, 29 de junio de 2011

El matrimonio y el deseo sexual

En mi experiencia, hay una clara correlación entre matrimonio y pérdida del deseo sexual, en las mujeres, obviamente, no me meteré en el submundo de los varones, porque en este tema, es claro que ellos comienzan a agarrarse el pirulín a eso de los 4 años y no se lo sueltan más. No, me refiiero a nosotras, las féminas.
Y afirmo esto, de manera tan tajante, en base a mi observación empírica. Porque, ¿cómo sería posible si no, que en un curso con 27 madres, por lo menos 20 (las presentes el día de la mencionada observación in situ), se rieran a mandíbula batiente cuando una de ellas relataba las peripecias que inventaba para hacerse la tonta con el temita ante su marido?. Era increíble, pero todas, repentinamente, nos vimos reflejadas en su lucha y solidarias en su "aflicción"... fue demasiado divertido, pero también tremendamente revelador... de hecho, después, conversando con algunas de ellas más en privado, llegamos a la cuenta de que todas pensábamos que éramos nosotras las "raras", que no queríamos saber nada de nuestro hombre... y na que ver!! estábamos todas iguales!. Cuál es el problema entonces? cuál sería la teoría a la base de este comportamiento tan particular?
No es que falte amor, ni tampoco gusto. De hecho, nuestros maridos, tampoco están tan mal como para no depertar nuestro deseo... evidentemente que hace 10 años estaban mejor, pero no exageremos. Gracias a Dios, la maravilla de la mente humana, hace que no percibamos los cambios en aquellos que vemos todos los días, de manera tan drástica, así que la panza o las canas parecen haber estado siempre allí, un alivio.
¿Tiempo? mmm, sí, claro que falta, ¿espacio propicio?, también en algunos casos, pero no creo que sea tan definitorio.
Yo me inclino más, en base a mi experiencia personal en este caso, por el tema de las prioridades vitales. Algo así como la pirámide de Maslow, un señor que postulaba que había una serie de necesidades humanas y que, en la medida que las básicas se iban satisfaciendo, iban surgiendo otras más "elevadas" hasta llegar a necesidades tan etéreas como la "autorrealización".
Ahora, obviamente, nombro a Maslow sólo como metáfora, porque en realidad me opongo a él en este caso particular que discutimo; de hecho, encuentro que se nota demasiado que es el "señor" Maslow... el calentón puso el sexo en las necesidades más básicas!!! junto a la respiración y la alimentación!!!!!... diferente hubiese sido si la teoría la hubiese lanzado la "señora" Maslow... claramente un par de pisitos más arriba, al menos.
Pero no nos desviemos del tema, me acordé de Maslow, porque yo decía que uno, "una" más bien, va determinando sus propias necesidades básicas. Como madre, puedo decir, que la necesidad de descanso supera ampliamente a la necesidad de alimentación, o sea, yo me he ido a acostar cagada de hambre, entiéndanme, realmente cagada de hambre, cuando la guata te suena como bisagra vieja, sólo porque no me da la energía para prepararme un sanguchito y una taza de té... ni pensar en calentar un plato de comida, y no hablo de prender el fogón... no, me canso de tener que pensar en poner el plato en el microondas... mal.
Podrán darse cuenta hacia dónde voy... si soy capaz de posponer mi hambre galopante... imagínense en qué lugar está mi supuesta "necesidad" de sexo... o sea... no existe.... en este momento de mi vida sería feliz en un régimen de castidad y pureza ad eternum... el único problema es el padre de mis hijos, mi santo marido...
Y aunque trato de convencerlo que lo quiero como a un hermano y que el mejor método anticonceptivo es la abstinencia (para mí es claro, gratis, sin efectos secundarios y 100% efectivo, como ningún otro)... no me resulta mucho. Al contrario, el pobrecito se entusiasma hasta cuando le digo "buenos días".

Hablando más en serio... no es que la "odiosa actividad" me cargue tanto en verdad. Es que pensar en preparar el momento y todo eso, me cansa, pero es como cuando te nvitan a carretear después de los 30... al principio da laaaataaaaa, pero una vez que estás en medio de la chuchoca lo pasas bien e inlcuso dices "debiera hacer esto más seguido". O sea, tan peor no es. De hecho, tengo mi propia teoría: que en mis 40 años, seré una leona... no dejaré tranquilo a mi hombre, jajjaj, pobre, va a quedar más flaco de lo que es ahora. Pero para eso faltan 7 añitos todavía, 7 años en que mis retoños, hoy de 6 y casi 3 años, crecerán y me empezarán a exigir de otro modo, más mental quizás, y menos físico: no más levantarse a las 3 de la mañana, porque está llorando o tomarlo en brazos porque anda regalón, o estar pendiente todo el rato cuando se les ocurre subirse a un juego de altura... serán otros desafíos, en que precisamente mi cuerpo me pedirá despejarse y distraerse... o sea, sexo.

Así que no tengan compasión de sus hombres, más bien, sugiéranles que vayan descansando, porque se les viene pesado...